EL DÍA EN QUE MIS SUEÑOS DE NIÑO SE HICIERON REALIDAD
Desde la cuna que he sido un colocolino de corazón. No soy
como otros amigos y conocidos a los que he escuchado decir que se hicieron
hinchas de sus respectivos equipos en un año determinado o por alguna campaña
en particular. Yo no. Yo puedo decir orgulloso que soy colocolino desde que
aprendí a respirar, es decir, toda mi vida.
Por allá a fines de los años 80, siendo yo todavía un niño,
recuerdo esas tardes dominicales en mi casa de Santa Cruz, mi pueblo natal,
enclavado ahí en la Sexta Región de Chile, en el corazón del Valle de
Colchagua, instalado frente a una radio a pilas, encerrado en mi pieza,
tratando de sintonizar alguna radio capitalina que transmitiera el partido de
la fecha de mi Colo Colo lindo y querido.
¡Qué hermosos eran aquellos años!, ¡qué lindo era seguir a
través de una transmisión radial las alternativas de cada partido y gritar con
ímpetu cada gol del Popular!. Estaba a cientos de kilómetros de distancia y
sólo escuchando un relato radial, pero para mi, para ese niño provinciano colocolino,
era como estar ahí mismo en el estadio, alentando a todo pulmón al Eterno
Campeón.
Recuerdo cómo esperaba ansioso los informativos de
televisión nocturnos para disfrutar con los goles de mi equipo. Cómo aguantaba
despierto hasta la medianoche para ver los programas deportivos de la época y
sus completos reportajes del partido de la fecha, que siempre resultaba ser el
de mi grandioso Cacique, ¡cómo soñaba con ver en vivo a mis ídolos!.
Y así fueron pasando los años, así seguí disfrutando cada
triunfo y cada campeonato logrado por mi querido Colo Colo, así disfruté la
re-inauguración de nuestro glorioso Estadio Monumental, así me palpitaba el
corazón de emoción cuando el Viejito Pascuero me traía alguna camiseta del Albo
en Navidad, y así gocé al máximo la Libertadores, la Re-Copa y la
Interamericana.
Hasta que llegó el año 1993, año, que sin saberlo, se iba a
convertir en uno de los más inolvidables y emocionantes de mi vida. Recuerdo
como si fuera hoy aquel día en que me enteré de los grupos de la Copa Chile de
ese año, a mi Colo Colo le tocó el Grupo 4 Zona Centro Sur junto a U. Católica;
Palestino; Audax Italiano y Unión Santa Cruz, así es, el equipo de mi ciudad
completaba el grupo.
¡Qué alegría!, ¡qué emoción!, recuerdo que corrí hacia donde
mi padre: "papi, papi, papi, mira, mira, a Colo Colo le tocó el grupo de
Santa Cruz en la Copa Chile, Colo Colo va a venir a Santa Cruz papi, yo quiero
ir, yo quiero ir" gritaba como un niño extasiado de felicidad. Así estaba
realmente, como un infante rebosante de alegría siendo que ya estaba por
cumplir los 16 años.
En ese momento, recuerdo que mi padre me bajó de la nube, no
creo que por maldad, él también es un colocolino de corazón, creo que en su rol
de padre trató de calmar mi ansiedad y hacerme entender que quizás las cosas no
salían como yo esperaba. "Hijo, el estadio de este pueblo es chiquitito,
quizás no dé abasto para un partido del Colo y al final no vengan y se juegue en
otro lado", me dijo.
Pucha, mi padre tenía razón, igual el estadio de Santa Cruz
es pequeñito, tiene una capacidad de 3 mil personas, está hecho para un equipo
de provincia amateur que sólo de vez en cuando se mete en el profesionalismo
cumpliendo el sueño del pibe de mezclarse con los grandes del fútbol chileno.
Bueno, me quedé de igual modo atento y expectante, había que esperar, todavía
tenía esperanza.
Un día a fines de febrero estaba aburrido en mi casa, viendo
unos monitos fomes que en esos años daban por televisión, cuando de repente veo
por la pantalla de nuestra vieja tele, una propaganda que decía "fútbol de
Copa Chile, sábado 6 de marzo, Santa Cruz v/s Colo Colo, en directo desde el
Estadio Municipal de Santa Cruz. Atención: Este partido no será televisado en
la Sexta Región".
"Papi, papi, papi, sí viene Colo Colo, lo acaban de
decir en la tele, juegan el sábado en el Municipal y hasta lo van a transmitir
en la tele. Es un sueño, papi yo quiero ir, yo quiero estar ahí", le
gritaba desaforado a mi padre, quien sólo atinó a preguntarme "¿en serio?".
Pero él ya lo sabía, lo supe cuando sacó de su bolsillo dos entradas y me dijo
"mira, aquí están nuestras entradas, ahí estaremos".
Es que la alegría que sentí en ese minuto no soy capaz de
describirla con palabras, estaba en otro planeta y me preguntaba a mi mismo
"si así estoy ahora, ¿cómo voy a estar ese mismo día, ahí en el
estadio?". Empecé a contar los días que faltaban para el encuentro
tratando de informarme con qué equipo formaría mi Colo Colo, pero no se adelantaba
nada en los medios, había que esperar.
Casi no dormí la noche anterior, ese día sábado 6 de marzo
de 1993 me levanté tempranito, a pesar de que el partido era en la noche, pero
quería disfrutar a concho ese día de principio a fin. Me la pasé escuchando
todos los programas deportivos de las radioemisoras locales, que sólo hablaban
de la jornada histórica que viviría mi comuna esa noche recibiendo al Eterno
Campeón.
Llegó el momento de partir rumbo al Estadio Municipal de
Santa Cruz, en el trayecto mi corazón latía intensamente. Al fin llegamos y
entramos, creo que nunca ví ese pequeño y modesto estadio tan repleto como en
aquella jornada, al ingresar nosotros casi 2 horas antes del cotejo ya había
sobre 2 mil personas en su interior, quedaban muy pocos espacios disponibles,
hubo que rebuscárselas.
"Mira papi, la Garra Blanca, allá, pongámonos
allá" le grité a mi padre, y partimos hacia el sector de la famosa GB, ahí
nos instalamos entonando los cánticos que solía escuchar hasta ese minuto
solamente por radio o televisión. "Dale campeooooon, dale campeooooon,
dale campeooooon, dale campeooooon, dale campeooooon", realmente estando
ahí soñé que estaba en el Monumental.
Insisto, estaba por cumplir 16 años de edad, pero parecía un
infante disfrutando ese momento. Esa noche el Cacique de Mirko Josic ingresó a
la cancha con Rambo Ramírez; Coca Mendoza; Chano Garrido; Javier Margas;
Eduardo Vilches; Kaiser Pizarro; Marcelo Pablo Barticciotto; Héctor Adomaitis;
Coke Contreras; George Biehl y Rubén Martínez, ¡un equipazo!
¡Y empezó a rodar la pelotita!, a pocos minutos del pitazo
inicial el Coca Mendoza centra un balón al área que es cabeceado magistralmente
por Rubén Martínez para marcar el 1-0 a favor del Popular, ¡golazo! Debe ser
uno de los goles de Colo Colo que más he gritado en mi vida, poco y nada me
importó que fuese contra el equipo representativo de mi ciudad, estaba en
éxtasis viendo al Cacique en vivo.
El resto del partido fue complejo, el encuentro quedó 1-0 a
favor del Albo. Después del gol de Martínez, el equipo de mi ciudad se agrandó
como suelen hacerlo los clubes de provincia frente al más grande, lo que
significó que el equipo del estratega Josic no pudiese seguir convirtiendo y se
conformara con la cuenta mínima, pero el resultado para mi era lo de menos,
estaba en las nubes.
Recuerdo que mientras se jugaba el partido me puse de pie y
me instalé lo más cerca que pude de la reja que separa al público del césped,
ahí me quedé, aprovechando cada acercamiento de mis ídolos para sacar
fotografías con mi vieja cámara. Recuerdo haber sacado fotos de todos mis
ídolos en cancha, pero la mejor fue la de Rambo Ramírez, que incluso me saludó
con la mano en ese momento.
Cuando terminó el partido no me quería ir, me quería quedar
ahí, me resistía a que todo ya se había acabado. "Vamos" me dijo mi
padre, "vámonos rápido a casa para ver las imágenes del partido en las
noticias". Recién en ese momento reaccioné y comprendí que debía
marcharme, que acababa de vivir una experiencia maravillosa, inolvidable, pero
que ya se había terminado.
No me quedó ninguna de las fotos que tomé aquella jornada,
el rollo se estropeó al revelarlo, pero eso no me importó, porque igual viví
esa noche una experiencia mágica en mi Santa Cruz natal, viendo por primera vez
en vivo a mi Colo Colo lindo y querido. Esas imágenes las atesoro aún en mi
corazón y no necesito fotografías para recordar el día en que mis sueños de
niño se hicieron realidad.
(Cuento publicado en el libro Relatos Populares II de la Editorial
Trayecto, la fotografía adjunta es un pantallazo de un video del partido del 6
de marzo de 1993 publicado en internet)
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